viernes, 17 de octubre de 2025

he quedado se me ha hecho tarde y no he sabido que titulo ponerle

 Esta semana ha ido bien dentro de lo que cabe, estoy pasando algo difícil pero sigo con las mismas ganas que siempre. El otro día hablando con Jaime me enseñó thefunarchaeology.com, dio en el clavo, es justo lo que estaba buscando. Con una deuda encima decidí darle el libro de Zona Temporalmente Autónoma que estaba leyendo, sabía que él lo iba a aprovechar mucho mejor.

A la vez me ha servido muchísimo para tener alguien con quien hablar de esto, y es justo lo que practicábamos hoy con la novedad del situacionismo de Debord. En los escritos de la Asociación de anarquía ontológica se vislumbra un tono transgresor, hacerle frente a la convención, al espacio, a las autoridades, al cliché, es algo que parece necesario para el desarrollo del "amor molecular", ¿pero es realmente amor aniquilar la institución? Se podría discutir, probablemente sí, pero estoy aquí para especular sobre un plan B, otro modo de reconfigurar la convención.

Es estos días cuando siento que estoy en una postura diferente a la habitual: no me encuentro invadido por la convención porque siempre formó parte de mí, aunque por supuesto de alguna manera siento la necesidad de deshacerme de ella. En una presentación de pintura ponía en cuestión algo parecido: cuando uno se enfrenta al lienzo en blanco, a la convención, al cliché o a la duda, piensa en cómo hacerle frente, como luchar contra ello. El objetivo de mi práctica es no vivirlo así. No es transgredir, es regatear, es crear una fantasía exacta que acompañe a la duda, pero sin eliminarla. Es sonreír al ertzaina con media placa de hachís encima, es pedirle pastillas al psiquiatra para luego no tomártelas. 

¿Regatear es válido? También es discutible. De lo que no hay duda es que lucha contra la convención. O la convención lucha contra ella. 

Solo pienso en sonreír en la foto que me hagan los radares, hacer rodar continuamente una carta por la oficina de correos (hoy voy a por la tercera), reorganizar la basura del parque, preguntar en secretaría por la escalera de color verde (no hay), pegar monedas al suelo y cantar el himno de la joven guardia en el edificio de lo que fué en su momento un cuartel general durante la Guerra Civil. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo