Hoy he cogido cita para tatuarme la hoz y el martillo en la nalga izquierda. Estoy contento.
Es un horror la espera de cartas. No de esperar que te llegue una carta, sino de esperar a que le llegue a otra persona tu carta. Sientes como tu amor molecular se extravía por momentos.
No sé si escribí el viernes sobre el banco. Si quiero rescatar estas ideas para el trabajo hecho en clase tengo que darles forma. Basura en un banco. Más basura. Pasan los días, la basura aumenta. ¿Ahora qué? Pues tendrás que limpiarlo digo yo. U organizarla. Esta tarde la recojo y la organizo. No sé por qué le doy tanta vuelta. Por eso necesitaba escribir.
Justo ahora estoy escuchando las canciones de un grupo que teníamos la cuadrilla hace tiempo... Me acuerdo de producir las canciones con 5 rivotriles encima y según parábamos de grabar me desmayaba en el sofá hasta la mañana siguiente. Recuerdo ser feliz haciendo eso, que complicado es a veces saber lo que quieres.
¿Cómo calcula uno su escala de felicidad? ¿Cuándo fue uno más feliz? Esta semana no hago otra cosa que mirar atrás. Y esto me hace no poder mirar alrededor. No me quito de la cabeza a una chica que sube vídeos a youtube hablando desesperada sobre ética.
No hay pulsión. Una vez me dijo esto la IA. Hablaba de sí misma.
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