lunes, 17 de noviembre de 2025

En la deriva

Hace un rato hablaba con Iñigo Larrauri de la deriva del situacionismo, la convención, las sedes de poder sociales y todas estas cosas en las que tengo puesto el punto de mira. Lo interesante no ha sido el especular... sino hablar de opiniones. Durante este fin de semana he pensado, después de leer a Judith Butler, que estamos muy lejos de poder ver la convención, de no formar parte de ella. Creo que esto se debe a que Butler justo habla desde el marco de la convención. Es verdad que acierta bastante, pero está siendo complicado encontrar autores que intenten regatear la constitución social y no solo teorizarla.

Bueno, que le he pedido su más sincera opinión a Iñigo. Decía que cree que a título individual capaz hay algún modo de vislumbrar esto, de llegar a reconocerlo, de asomarse. Y es justo lo que no estoy buscando. El individuo. Busco hacer hincapié en lo colectivo. Me acuerdo ahora de un diagrama que monté durante este verano de cara a unas páginas que leí en Mil mesetas. Dentro del diagrama que Deleuze usa recurrentemente, el de producción-registro, habla sobre la fuerza de transmisión de estos dos, derivando en una especie de burbuja social (movimiento subterráneo) que deriva en que todo lo que es para nosotros real, o hiperreal, como quieras llamarlo, es, fuera de esa burbuja, "falso". Un movimiento desarrollado dentro de la burbuja, por mucho que luche contra esta, es falso. Cualquier conciencia desarrollada dentro de este marco, es falsa. Y no hay manera visible de escapar de esta burbuja porque eso supondría que se ha desarrollado dentro de la burbuja, haciéndolo falso, una trampantojo. Me recordaba Iñigo que Debord acabó suicidándose.

No sé, 

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